Sabrina y  la bruja

 

 

 

 

Sabrina era una niña,  la que siempre antes de dormir soñaba   con los maravillosos cuentos de hadas, l que su padre le contaba cada noche.

 

Príncipes en su caballo, conquistando a bellas jovencitas;  hadas que hacían milagros, premiando a desvalidas, regalándoles castillos y un príncipe que las llevara siempre de su mano.

 

El tiempo pasa mucho más rápido de lo que nos podemos imaginar. en un abrir y cerrar de ojos, Sabrina se había convirtido en una mujer, era alta, guapa, inteligente y llena de energía. Una mezcla interesante de mujer  aguerrida y de carácter fuerte muy definido,  sabía claramente lo que quería y lo que no, no se andaba con medias tintas, su madre le había enseñado que era mejor una rosa roja que muchas rosadas, con esto le quiso decir que era mejor no irse por las ramas y por dura que fuera la verdad o su apreciación en cualquier sentido o sitaución debería de expresarla  y ser consecuente, así se evitaria malos entendidos.

 

Sin embargo, Sabrina no sólo era esa mujer decidida y luchadora, muy dentro de sí llevaba una niña juguetona, pícara e inocente, la misma que prontamente se dejaba ver cuando adquiría un poco de confianza, esa niña era vulnerable, lo que la hacía muy frágil, y por ello que  Sabrina, decidió esconderla de las personas que no conocía.

 

Sabrina, no estaba preparada para la vida, vivivó en el país de las maravillas, dentro de un huevo  lleno de amor confirmado por su familia.

 

El mundo la esperaba y ella, llena de ilusión y sin miedos, se fue enfrentando a las miles y unas  de cosas que la vida trae consigo, en ocasiones arriba y en otras abajo, pero siempre volvía a sostener el timón con las dos manos, y continuaba la vida  en un  navegar sereno.

 

Un día, se cruzó en su camino a una persona, ella no era su amiga ni enemiga, esta persona era mala, manipuladora, mentirosa y cruel.

 

Sabrina, tuvo que aprender de la peor manera una terrible lección, aprender con golpes en el alma y con lágrimas que ahogaron sus días , sus noches y a la vez destrozaron durante una larga agonía s su  corazón.

 

Aprendió que los cuentos que su padre le leía, no sólo están en nuestra imaginación, también  pueden verse reflejados en la vida diaria como si fuera la peor película de terror.

 

Existen dulces y buenas hadas,  las que hacen milagros regalando amor, existen príncipes a caballo con galardón, fieles y enamorados  de la dama que será lo más grande y su eterno amor. 

 

Lamentablemente, estos últimos son especie en extinción, pero lo que sí abundan son las brujas, narigonas y peludas con escasos rizos que chorrean el veneno de la escoria que tienen por corazón.

 

Protegida por las ramas de unos arbustos bajo el abrigo de un árbol, en medio de la soledad y el silencio que habita el bosque, Sabrina, lloraba su angustia y desconsuelo, el mundo se le venía encima, y no entendía lo que le estaba sucediendo. Sentía  una tremenda culpa, aunque no estaba clara de ¿Porqué?,

Se sentía desolada, una angustia le presionaba el pecho sin permitirle respirar con naturalidad, se ahogaba en su dolor y en sus propias  lágrimas. Sin que  lo imaginara, ella intuía,  lo que a corto plazo el futuro  le traería, algo tan espelusnante que la destrozaría aún más..

 

Esa  bruja mala apareció en su vida, se quito la máscara, era  de las brujas la peor, vieja, pequeña, con un cuerpo doblado como el de una rama chueca, palida, narigona, innumerables arrugas formaban su horroroso rostro, tenía  muy poco pelo y  este era rizado, entre blanco y castaño, el que  salia disparado de su cabeza, como cuernos de el peor del más temible de  los demonios.

 

Esta espeluznante criatura no tuvo motivo alguno, sin embargo se lleno de envidia e ira al ver la dulzura e inteligencia de la joven  Sabrina, que había salido adelante sin tener que utilizar el nombre de algún pariente para ella poder brillar.

 

Sabrina, era tan mujer que no necesito demostrar con un árbol genealógico  lo que ella  era, Su vida y los éxitos que obtuvo, los consiguió sola, y se podría decir que hasta cierto  punto, ella  logró casí todos sus objetivos, y sueños a fuerza de arduo trabajo sin colgarse a titulos ajenos.

 

La bruja, disfrazada de actriz,  se asomó a su entorno y la envidia   embargo lo poco que le quedaba por corazón, se inmiscuyó en la vida de Sabrina, sin que ella se pudiera dar cuenta. Se convirtio en una arquitecta, la que hizo huecos  profundos sobre lo que Sabrina había construído con bases sóidas y profundas. Los huecos que esta bruja arquitecta había construído con dedicacón, fueron precipicios bien trabajados, los que lograron, que el edificio de Sabrina empezará a tambalearse, y cuando ella, tomo cuenta de la  presencia de tan aberrante y perversa criatura,   había logrado a base de hechizos, brebajes  y mentiras, ya era muy tarde, todo estaba casí destrozado.

 

Se escondió en el bosque, lloro sus penas al abrigo de los arboles, se consoló con el llanto del rocío y con el  correr del dulce río. Mirando al cielo  busco en su imaginación el rostro de su padre y le pregunto;

 

_ ¿ Porqué no me dijiste la verdad?  _

_Creí que las brujas, sólo existian en los cuentos y no en la vida real._

 

 

 Cecilia Ch¡ávez ©️